La alimentación temprana es un factor crucial en lo que se refiere al desarrollo de pollito. Pero, ¿por qué es tan importante? ¿Cómo afecta el desarrollo del pollito? ¿Y por qué es HatchCare la mejor solución? La encargada del equipo de investigación de HatchTech, Dr. Inge van Roovert, le da las respuestas.
En primer lugar, si nos fijamos en la situación tradicional, la mayoría de los pollitos no tiene acceso a alimento y agua, durante las primeras 24 a 72 horas de su vida. Si lo pensamos bien, desde el punto de vista ético eso no es correcto. Con la alimentación temprana, gracias a que los pollitos de un día no padecen hambre ni sed, el desarrollo de los órganos importantes — como el tracto intestinal — no está restringido. Como resultado, los pollitos continuarán creciendo y se van a desarrollar de la mejor manera posible, mientras que la mortalidad durante todo el ciclo de crecimiento, disminuye. Todo esto confirma que la alimentación temprana es un factor crucial en el desarrollo del pollito.
La alimentación temprana mejora, particularmente, el desarrollo del intestino. Esta es una gran ventaja no solo para el sistema inmunológico del pollito, sino también para el índice de conversión de alimentos. Tener un mejor sistema inmunológico se traduce directamente en una menor necesidad de uso de antibióticos.
Con la alimentación temprana, vemos pollitos más pesados desde el momento en que son sacados de la máquina hasta el momento del procesamiento. Estamos hablando de un aumento de peso del 12 %, cuando son sacados y de un peso hasta un 5 % mayor, cuando son procesados. Los avicultores con pollitos de HatchCare notan una media de -3,7 puntos de mejora en el índice de conversión de alimentos (FCR por sus siglas en inglés), en 2.300g.
Al no haber experimentado ningún tipo de estrés causado por el hambre y la sed, los pollitos de HatchCare se adaptarán rápidamente a su nuevo entorno. Como resultado, se moverán con mayor facilidad en el galpón avícola, lo que significa que se distribuirán de manera más uniforme.
A diferencia de las soluciones basadas en la incubación de huevos en el galpón avícola, HatchCare es capaz de suministrar pollitos de un día superiores, a un gran número de granjeros, al mismo tiempo. En otras palabras, el sistema HatchCare requiere que solo la planta de incubación haga una inversión, mientras que las soluciones de incubación caseras requieren que todos los avicultores inviertan en un sistema completamente nuevo. HatchCare deja el proceso de incubación en manos de expertos, para que los avicultores puedan concentrarse en lo que son más competentes.
Es mucho más fácil controlar la temperatura de la cáscara en una nacedora que en un galpón avícola. Una temperatura uniforme de la cáscara es crucial para lograr uniformidad en el desarrollo del embrión, incluso durante los últimos cuatro días de incubación. Para obtener los mejores resultados, es esencial mantenerse lo más cerca posible de una temperatura de 98 ⁰F (± 1 ⁰F). Ello se puede lograr más fácilmente con HatchCare, que posee las tecnologías MicroClimer y de flujo de aire laminar de HatchTech, que en un gran galpón avícola.
«Con el tiempo, en la industria avícola la alimentación temprana se convertirá en el estándar de incubación», afirma la doctora Inge van Roovert. «Nadie se puede quedar atrás con respecto a este desarrollo, y estoy segura de que — en especial en Europa Occidental — ese día llegará mucho antes de lo que pensamos. La solución HatchCare es una invitación, así como también una gran oportunidad, para que los productores de alimentos para animales desarrollen un alimento perfectamente balanceado, para las aves jóvenes».
DR. INGE VAN ROOVERT
on early feeding history
The relevance of early feeding has long been known. The first scientific publication on this topic, a joint effort by several researchers from all over the world, dates back to 1998. Dr. Inge van Roovert and her team have been researching the effects of early feeding for almost 10 years now. “By researching weight loss in day-old chicks, we realised that, aside from providing perfectly uniform temperatures, there was even more we could do to support optimal embryo and chick development – both pre- and post-hatching,” she says. “This finding has been confirmed by external publications, as well as by our own research and HatchCare’s results from the field.”
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